MUY BUEN TRABAJO POR LA PERIODISTA FABIANA SOLANO
Los Juegos Olímpicos constituyen una cita ineludible para todos los países del mundo. Durante el tiempo que transcurre la competencia internacional se generan jornadas interminables de actividades deportivas que se transmiten en vivo y en directo para todo el globo, y mantienen en vilo a millones de personas pendientes del rendimiento y el éxito de sus respectivos países y atletas. Para muchxs los resultados deportivos y la cantidad de medallas conseguidas funcionan como diagnóstico o un elemento indicativo del desempeño deportivo nacional que permite medir o comparar la organización sociocultural del país, el desarrollo de un sistema deportivo adecuado, la extensión de políticas públicas en el largo plazo, el buen uso de los recursos humanos y económicos a disposición, etc. No casualmente los países que tienden a liderar el medallero suelen ser las grandes potencias como China, Estados Unidos, Japón, Australia, Gran Bretaña, Francia, Alemania. Cuba y Brasil son los países de América Latina que se codean con los 20 mejores.
En Tokio 2020 el rendimiento de los deportistas de Argentina generó preguntas, cuestionamientos de periodistas y hasta expresiones de odio dirigidas directamente a quienes nos representaron en las diferentes disciplinas. Pareciera ser que solo se observa lo que ocurre en el deporte argentino durante los Juegos cada cuatro años cuando las múltiples participaciones se hacen visibles y les ponemos caras a las culpas y los éxitos. Pero, ¿qué pasa entre juego y juego cuando nadie observa lo que sucede? ¿Dónde empieza esta cadena virtuosa de oportunidades, valores y aptitudes que permite construir y proyectar al deporte en el tiempo? ¿Qué rol cumple el Estado en todo esto? ¿Cuánto tiene que ver el rendimiento deportivo con la realidad social de nuestro país? Los Juegos Olímpicos son solo la punta visible de un hilo complejo, dinámico y multidimensional que contiene factores sociales, políticas, culturales y económicas que dan forma a lo que podríamos denominar el sistema deportivo nacional.
La otra punta del hilo: los clubes de barrio
La semana pasada Marcelo Méndez, el Director técnico de la Selección Argentina de vóley masculino ganadora del Bronce, subrayó en el marco de Tokio la importancia de los clubes en la formación de las bases de la alta competencia. “El trabajo de las bases y de los clubes es importantísimo para llegar a esta instancia. Tenemos que promover de alguna forma, de ayudar a los clubes para que no se mueran. Son la base de estos deportistas”, expresó. Méndez e hizo hincapié justamente en el otro extremo del hilo, que a diferencia de la opulencia televisada que disfrutamos cada cuatro años, es un trabajo de hormiga, diario, ininterrumpido, que implica el esfuerzo de toda la comunidad y del Estado. En ese mismo sentido el viernes, el “Chapa” Carlos Retegui, DT de las Leonas medallistas de plata, subrayó luego del partido que «sacar un pibe de la calle vale más que una medalla olímpica. Necesitamos políticas activas en el deporte«.
Según Cristian Font, presidente del Observatorio social y económico de clubes de barrio y afines (OSECBA), el rol de los clubes en el deporte es central: “No es algo que digo yo, lo dicen los números. Hay un dato que me parece importante compartir, el 95% de los deportistas que participaron en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Argentina viene de clubes de barrio. La generación dorada por ejemplo ratifica su pertenencia todo el tiempo: los clubes son la base de la pirámide del deporte. Ellos reconocen en el club el lugar donde comenzaron su sueños. Estar en el club, jugar al básquet, pasar tiempo con amigos y los valores que aprendieron”. Manu Ginobili empezó su carrera en Bahiense del Norte; Pepe Sánchez, jugó en El Nacional y luego se pasó al equipo de Manu; Luis Scola, el último capitán que se retiró luego del partido frente a Australia, arrancó en el club Ciudad de Buenos aires; Chapu Nocioni en el Ceci Básquet Ball Club de Gálvez. Y no son el únicos casos: Las Leonas, las Panteras, y nadadorxs como Delfina Pignatiello, entre muchx otrxs, tuvieron su primer contacto con el deporte en un club.
Cuántos clubes existen en Argentina
En Argentina existen más de 20 mil clubes. A diferencia de otros espacios culturales, con un perfil más comercial como pueden ser cines o teatros, los clubes están a lo largo y ancho de todo el país: “Están distribuidos de forma equitativa, no hay….